jueves, 13 de agosto de 2020

Hay alguna diferencia entre los géneros en la capacidad de aprender a volar un avión y tomar las decisiones necesarias durante el vuelo?

Todos estamos familiarizados con el estereotipo de que se supone que los varones sean más analíticos, lógicos y reflexionen al pensar; mientras que las mujeres son más emotivas, e intuitivas (Moursund, 1976)[1]
http://www.eleconomistaamerica.com.ar/politica-eAm-ar/noticias/5215835/10/13/Argentina-presenta-un-nuevo-avion-de-entrenamiento-avanzado-y-ataque-ligero.html

Estas diferencias no se notan en niños con menos de 9 años de edad. Por lo tanto, es posible que dichas diferencias cognoscitivas de género se aprendan, parcialmente, una vez que el niño avanza en edad. No obstante, la obra de Dawson (1972), también sugiere que los niveles de andrógeno prenatal en el cerebro ocasionan que el hombre cuente con mayores capacidades cognoscitivas espaciales y numéricas.
Otra manera de analizar estas diferencias cognoscitivas entre los géneros es que el mismo estilo cognoscitivo tiene implicaciones diferentes para el hombre y la mujer. Moursund explica este punto de la siguiente manera:
Es decir, un estilo o patrón de preferencia que sea útil o se adapte o facilite el aprendizaje entre los hombres podría tener un resultado opuesto entre las mujeres ya sea por motivos culturales o en virtud de los resultados interactivos de otras variantes relacionadas con el género.
Durante los primeros años, a las niñas se les recompensa por ciertos comportamientos por los cuales se castigaría a los niños. Por otra parte, un determinado estilo cognoscitivo podría ser más útil para hacer una tarea más “masculina” versus una tarea más “femenina”. 
Moursund explica que hay diferencias en la manera cómo piensan el hombre y la mujer, pero que dichas diferencias no serían significativas en el ámbito cognoscitivo. Un género puede tener más inclinación para llevar a cabo un tipo de tarea, pero eso de ninguna manera excluye al otro género de hacer la misma tarea igual o mejor.
En un promedio, las niñas tienden a tomar clases de música, arte y literatura mientras que los niños prefieren tomar clases de matemática y ciencias. En la escuela primaria, los niños por lo regular tienen calificaciones más altas en las pruebas de matemática, mientras que las niñas obtienen mejores calificaciones en las pruebas de comprensión del lenguaje. Pero, en general, las niñas tienen mejores calificaciones que los niños (Goodwing y Klausmeier, 1966). Por lo tanto, por algún motivo u otro, parece que cada género tiene asignado tareas cognoscitivas en las que se supone sean mejores, pero no podemos probar que cualquiera de los géneros es exclusiva o significativamente mejor que el otro en cualquier tarea cognoscitiva.

¿Por qué hay menos participantes femeninas en los experimentos que tienen que ver con el vuelo y las destrezas necesarias para las carreras de vuelo?
Puede haber muchas variantes no relacionadas que inciden, pero hay tres razones que ofrecen una explicación acertada.
Primero, no fue sino hasta la Segunda guerra mundial que la mujer comenzó a participar en la aviación militar. Además, recientemente se le autorizó a la mujer a que volara aviones de combate. En cambio, el hombre ha participado en carreras de vuelo desde que los hermanos Wright construyeron su primer avión.
Segundo, la mujer tiende a sobresalir y participar en estudios relacionados con las humanidades (literatura y arte) que no necesariamente son conducentes a las carreras de aviación.
Por último, hay menos mujeres en nuestra sociedad que desean desempeñar carreras de aviación, la mayoría de las mujeres participan en otras carreras que no están relacionadas con la aviación.
Investigaciones efectuadas por Carretta en el campo de las diferencias entre los géneros y el rendimiento de vuelo no produjeron ninguna base para crear un plan de estudio para cada género.
Un estudio realizado por Carretta y Malcolm Ree en la Base Aérea Brooks tuvo que ver con la adquisición de destrezas de piloto de hombres y mujeres. 3,369 hombres oficiales de la USAF y 59 mujeres oficiales de la USAF fueron observados mientras completaban 53 semanas de capacitación básica para pilotos desde 1981 hasta 1993.
Los resultados mostraron que las participantes femeninas leyeron las lecciones una y dos veces más despacio que los participantes masculinos.
En otro estudio, A Preliminary Evaluation of Casual Models of Male and Female Acquisition of Pilot Skills,Carretta descubrió que “las diferencias medias del grupo en pruebas verbales y cuantitativas, las medidas de "g" [capacidad cognoscitiva general] favorecieron a la mujer. La opuesto es cierto para las pruebas de conocimiento del trabajo” (1997). Por lo tanto, Carretta asevera que cada género trae consigo aptitudes a la cabina, no obstante, ninguno de los géneros ha probado rendir significativamente mejor o peor en las destrezas relacionadas con las tareas de vuelo.
A causa del muestreo pequeño de mujeres, los resultados fueron experimentales, pero útiles. Los resultados revelaron que la capacidad cognoscitiva general (g) tenía una influencia directa en la adquisición de conocimiento del trabajo; sin embargo, g tenía un resultado indirecto en las destrezas de vuelo en sí.
La influencia de g fue más fuerte en el muestreo de mujeres que en el de los hombres. Además, la relación entre conocimiento previo del trabajo y rendimiento de vuelo fue más fuerte para la mujer que para el hombre.
Las destrezas de vuelo iniciales influenciaron, en gran medida, las destrezas de vuelo posteriores para ambos géneros. El estudio concluyó que, “No se puede sustentar el contar con planes de estudio para cada género” (Carretta y Ree, 1997).

¿Qué significa todo esto en la cabina?
La formación de pilotos y el vuelo en sí exigen un entendimiento cabal de la matemática y una cognición espacial fuerte.
En general, el hombre, por cualquier razón, por lo regular cuenta con más experiencia en estos campos que la mujer, antes de la formación para pilotos. Pero la mujer es completamente capaz de aprender las destrezas necesarias para volar—su género no socava su capacidad para aprender los conceptos necesarios. La única diferencia podría radicar en que ciertos individuos (hombres o mujeres) tendrían que trabajar más arduamente que sus colegas para entender los conceptos que se presentan durante el vuelo, pero esto es cierto en toda disciplina. Para entender mejor la posibilidad de las diferencias cognoscitivas en los aspectos que son importantes para el vuelo, se deben llevar a cabo más investigaciones con respecto a las diferencias entre el hombre y la mujer en aquellos temas cognoscitivos exactos que tengan que ver con el vuelo.

Resumen de la Documentación
Este resumen revela que hay algunas diferencias entre el hombre y la mujer que podrían incidir en las destrezas de vuelo y en el rendimiento.
De hecho, la composición del cuerpo de la mujer es distinta a la del hombre y se deben investigar más a fondo algunos aspectos de comportamiento relacionados con la mujer en la cabina.
Muchos opinan que la mujer y el hombre piensan distinto y que la mujer tiende a seleccionar carreras en las artes y las ciencias sociales, mientras que el hombre tiende a seleccionar carreras en los campos de la ingeniería. No obstante, se ha comprobado mediante investigaciones que éstas son tan sólo generalizaciones (Carretta y Ree, 1997). No hay una verdadera diferencia entre la inteligencia del hombre y la de la mujer. Cualquiera de los géneros es capaz de lograr cualquier tarea cognoscitiva. Hasta la fecha, datos de investigaciones han revelado que no hay motivo para excluir a la mujer de la cabina por cualquiera de los puntos antes tratados.




[1] Moursund es Profesora Emérita, Asesora del Programa de Psicología de la Universidad de Oregon. También ha mantenido una práctica privada en psicoterapia en Oregon. Ha sido autora y co-autora de varios libros en el campo de la psicoterapia y la investigación estadística en la psicología, y es la fundadora del Centro de Consejería de la Comunidad en Eugene.  Moursund, Janet. Learning and the Learner (El aprendizaje y el que aprende). California: Brooks/Cole Publishing Company, 1976.

viernes, 7 de agosto de 2020

La mujer en la aviación militar

La historia de la aviadora es breve, e incluso más breve al hablar de la aviación militar. No obstante, es una historia bastante distinguida.  La enorme participación de la mujer en la aviación durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como escalón para las aviadoras futuras.
En EE UU, fue en el año  1937, cuando la mujer llegó a formar parte de la aviación militar. Se trató de seis mujeres que obtuvieron sus alas de aviadoras de la Armada. Luego, en 1974, el Ejército permitió que la mujer se uniera a las filas de los pilotos de helicópteros. Dos años más tarde, la Fuerza Aérea finalmente aceptó las primeras diez mujeres estudiantes al programa de capacitación para pilotos. Si bien para 1977 la mujer volaba en todas las armas del servicio, las regulaciones específicamente prohibían que la mujer volara aviones de combate durante un combate. (Wilson, 2001).

En nuestro país, Débora Pontecorvo, nacida en Ciudad Evita en 1981, es la primera aviadora militar de Argentina. Premiada con el galardón "Domingo Faustino Sarmiento" a las mujeres destacadas argentinas por el Senado de la Nación Argentina.
En 2007 obtuvo la licencia de piloto de transporte Twin Otter en Comodoro Rivadavia y es la primera mujer que lo logra.[1]
Débora es una de las primeras cadetes mujeres de la historia de la Fuerza Aérea Argentina, junto a María Jimena Polo, de 22 años, y Alejandra Lozano, de 24, aunque sólo ella se instaló en el comando de un avión militar.
Sus compañeras optaron por ser administradora financiera una y navegadora aérea la otra.
Débora realizó su bautismo como piloto militar en un Beechcraft B-45 Mentor.
Con la participación cada vez mayor de la mujer en la aviación militar, preguntas relacionadas con temas del género en la cabina son sumamente relevantes.

Uno de los temas psicológicos más importantes relacionado con el colocar a la mujer en la cabina es la responsabilidad adicional de liderazgo que las mujeres tienen que asumir en el mundo de la aviación. “Estudios en psicología social han documentado que para una mujer resulta difícil asumir y ser aceptada en un rol de liderazgo” (Hyde 1996).
Por otro lado, el tema de la composición diferente del cuerpo de la mujer y del hombre tiene que tomarse en cuenta para poder entender posibles áreas de inquietud para la mujer piloto.
Entre ambos géneros, hay diferencias en la estructura del cuerpo. En general, el hombre es más alto y cuenta con mayor longitud de brazo y pierna con relación a la longitud del cuerpo de la mujer. La mujer tiende a tener caderas más anchas y hombros más angostos (Greenhorn y Stevenson, 1997). Las manos más pequeñas es también una característica general de la mujer.
La estructura más pequeña y la masa del cuerpo de la mujer inciden en la fortaleza del cuerpo.
ALGUNOS DATOS DE INTERÉS
Incorporar a la mujer al mundo de la aviación militar trae consigo temas relacionados con cuán bien le queda el equipo apropiado (Self, 1999).
En el equipo protector contra agentes químicos, los guantes son, por lo regular, bastante grandes para la mujer. Recientemente, los monos de vuelo y los trajes anti-G se están confeccionando a la medida y probando para personas más pequeñas.
La máscara de oxígeno de la tripulación fue diseñada para el hombre promedio, no la mujer promedio. Por lo tanto, las máscaras de la cara son, por lo regular, demasiado grandes para la mujer piloto promedio. Además, los asientos de expulsión en los aviones de combate están diseñados para el hombre promedio, quien es más grande que la mujer promedio. Los nuevos diseños y la tecnología nueva están mejorando la manera en que el equipo entalla, dándole a la mujer una oportunidad en la cabina.
La antropometría como ciencia que estudia las medidas del cuerpo humano con el fin de establecer diferencias entre individuos, grupos, razas, etc. tiene su origen en el siglo XVIII en el desarrollo de estudios de antropometría racial comparativa.
En el presente, la antropometría cumple una función importante en el diseño industrial, en la industria de diseños de indumentaria, en la ergonomía, la biomecánica y en la arquitecturadonde se emplean datos estadísticos sobre la distribución de medidas corporales de la población para optimizar los productos.
Fue a partir de 1940, con la necesidad de datos antropométricos en la industria, específicamente la bélica y la aeronáuticacuando la antropometría se consolida y desarrolla, debido al contexto bélico mundial.
Las dimensiones del cuerpo humano varían de acuerdo al sexo, edad, raza, nivel socioeconómico, etc.; por lo que esta ciencia dedicada a investigar, recopilar y analizar estos datos, resulta una directriz en el diseño de los objetos y espacios arquitectónicos, al ser estos contenedores o prolongaciones del cuerpo y que por lo tanto, deben estar determinados por sus dimensiones.
Estas dimensiones son de dos tipos importantes: estructurales y funcionales.
Las estructurales son las de la cabeza, troncos y extremidades en posiciones estándar.
Mientras que las funcionales o dinámicas incluyen medidas tomadas durante el movimiento realizado por el cuerpo en actividades específicas.
Al conocer estos datos se conocen los espacios mínimos que el individuo necesita para desenvolverse diariamente, los cuales deben de ser considerados en el diseño de su entorno.

Salud
La mayor inquietud médica que confronta la mujer piloto es el embarazo, en particular, el efecto en el feto y la capacidad de rendimiento de una piloto embarazada. La posibilidad de daños al feto durante las operaciones de vuelo es la mayor inquietud en permitirle o no a la mujer el acceso ilimitado a todas las misiones de vuelo militares (Lyons, 1992).
Exposición a la radiación es siempre un riesgo al volar (tanto para el hombre como para la mujer), especialmente a grandes altitudes. La radiación puede ocasionar malformación congénita y retraso mental al feto durante las etapas más tempranas del embarazo. El calor también podría constituir un problema para la piloto embarazada. No obstante, la temperatura del cuerpo debe alcanzar los 102oF antes de que ocurra algún daño al feto. 
Mediante las investigaciones se ha mostrado que la mujer embarazada cuenta con una tolerancia a las G reducida, a causa de la tensión que el embarazo ocasiona en su cuerpo. El aumento de peso también es un resultado del embarazo que puede obstaculizar a una piloto. Además, algunas mujeres experimentan problemas psiquiátricos que pueden ocurrir durante el embarazo y que, obviamente, afectarían su capacidad para volar durante este tiempo.
Por lo tanto, se han impuesto algunas restricciones a las mujeres que vuelan ciertos tipos de misiones
La mujer no puede volar durante las 13 primeras semanas del embarazo ni durante las últimas 16 semanas. La mujer puede volar, si se siente cómoda y segura, entre la 13ava semana y 24ava semana del embarazo (Schwietz, 1999). La mujer piloto debe acatar ciertas restricciones si vuela mientras está embarazada.
Otro tema de salud que es de interés es el ciclo menstrual de la mujer. Es dudoso si el ciclo menstrual se ve interrumpido o no, o que ocurren irregularidades, a causa del vuelo. Algunos efectos no deseados en este período no constituyen un problema para todas las mujeres. Los efectos del ciclo menstrual dependen de la persona.
De interés tanto para el hombre como la mujer en el mundo de la aviación militar es la exposición al JP4, el combustible tóxico de los aviones de reacción. En el libro titulado (Chemical Hazards of the Workplace) Peligros químicos en el lugar de trabajo, se esbozan algunos de los problemas relacionados con el JP4, el benceno.
Si el JP4 se absorbe a través de la piel o se inhala, puede ocasionar depresión al sistema nervioso central y depresión al sistema hematopoyético. El resultado tóxico más significativo del benceno es lesiones a la médula ósea que pueden ser irreversibles. Tanto el hombre como la mujer están igual de sujetos a los síntomas descriptos anteriormente.

Hasta este punto nos hemos concentrado en la posibilidad de diferencias físicas y conductuales entre el hombre y la mujer que son importantes para el vuelo. Quizás uno de los próximos  temas a tratar sea el de analizar acerca de cómo aprenden a volar el hombre y la mujer.

lunes, 3 de agosto de 2020

Qué es DISCRIMINAR?


La ley 23.592 – (1988) Ley 23592: Penalización de actos discriminatorios

EL SENADO Y CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN ARGENTINA REUNIDOS EN CONGRESO, ETC. SANCIONAN CON FUERZA DE LEY:

ARTICULO 1.- Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral y material ocasionados. A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.
ARTICULO 2.- Elevase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de todo delito reprimido por el Código Penal o Leyes complementarias cuando sea cometido por persecución u odio a una raza, religión o nacionalidad, o con el objeto de destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. En ningún caso se podrá exceder del máximo legal de la especie de pena de que se trate.
ARTICULO 3.- Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años los que participaren en una organización o realizaren propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de determinada religión, origen étnico o color que tengan por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa en cualquier forma. En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio alentaren o iniciaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas.......
Ley 23592
BUENOS AIRES, 3 de Agosto de 1988

La ley 23.592 vigente desde el año 1988 es una norma que sanciona cualquier acto discriminatorio y permite requerir judicialmente el cese del actuar discriminatorio, la nulidad del acto en si, y el resarcimiento por los daños morales y económicos sufridos. Por ser una ley de carácter general la misma es aplicable a todos los casos de discriminación, tanto a los producidos en el ámbito laboral, como a los acontecidos en lugares de acceso al público de propiedad privada, confiterías, lugares bailables, transporte público, etc., a la vez que, en instituciones educativas, de salud, policía, entre otras. [1]
No obstante la importante legislación existente en la materia,  el tema de la discriminación, continúa siendo un tema, en donde la población en su conjunto y desde los diferentes ámbitos de participación, debemos bregar por lograr la igualdad teniendo en cuenta que es uno de los derechos fundamentales de la persona.

Un concepto sobre discriminación, definido por  la O.I.T., establece que “... es una diferenciación, exclusión o preferencia fundada en razones de raza, sexo, religión, opiniones políticas, situación
económica y social etc. que tenga por resultado la eliminación de igualdad de oportunidades de trato igualitario con relación al empleo o en el ejercicio de una profesión”.
La discriminación viola los principios de igualdad de derechos y el respeto  a la dignidad de la persona en violación a los derechos fundamentales que son inherentes a todo ser humano por ser tal.
Unos de los puntos más importantes para destacar es que las prácticas sociales discriminatorias no nos hablan de las víctimas, sino de quienes discriminan.

¿Qué quiere decir esto? Que los actos discriminatorios no se explican por ninguna característica que posea la víctima, sino por la mirada del sujeto, grupo social, sociedad, o estado que lleve a cabo el proceso discriminatorio.

Así se difunde un estereotipo. ¿Qué es un estereotipo?
Un estereotipo, es una imagen inflexible construida en base a prejuicios, aptitudes, creencias y opiniones preconcebidas, impuestas por el medio social y cultural, que se aplican de forma general a todas las personas pertenecientes a una categoría, sea por su nacionalidad, etnia, edad, sexo, etc

EDUCAR en la diversidad y la interculturalidad, nos invita a reflexionar y distinguir que lo opuesto a la igualdad no es la diferencia, sino la desigualdad.[2]




[2] Mouratian P. (2012) Guía didáctica para docentes. INADI. Bs.As.