La igualdad de género como un derecho humano fundamental, y base para conseguir un mundo pacífico, próspero y sustentable se ha vuelto un Objetivo de Desarrollo de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y es un llamado de atención para seguir actuando en esa línea.
Los avances de la tecnología digital nos ofrecen nuevas posibilidades para resolver retos humanitarios y de desarrollo. Naciones Unidas en el Día Internacional de la Mujer reconoce y homenajea a las mujeres y las niñas que están trabajando en pos del acceso a la educación digital. Una de las formas de éste objetivo es explorar los efectos de la brecha digital de género en el acceso a espacios relacionados con las nuevas tecnologías en diversas áreas, poniendo de relieve la importancia de proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los espacios digitales.
Los modos de comunicarnos y relacionarnos se han visto condicionados, en las últimas décadas, por la integración de las tecnologías en las diferentes esferas de desarrollo. De esta manera, los contextos profesionales, académicos y personales han cambiado, adaptándose a las nuevas circunstancias, que hacen preciso que la ciudadanía adquiera y desarrolle nuevas destrezas que le permitan interactuar en todas ellas de un modo eficaz.
La comunidad europea considera a la competencia digital como una de las competencias clave para el aprendizaje permanente, ubicándola a la misma altura que la competencia lingüística o la matemática. El reconocimiento de esta competencia digital a nivel internacional sirvió para que las diferentes administraciones educativas comiencen a gestionar su integración curricular en los distintos niveles, promoviendo su adquisición.
Las oportunidades que abre la revolución digital también plantean el riesgo de perpetuar las dinámicas actuales de la desigualdad de género, ya que ha vuelto a abrir entre algunos colectivos un abismo mientras que a otros grupos sociales les facilita el acercamiento, comunicación y vías de progreso. Es sumamente necesaria la incardinación de posibilidades que ofrece el mundo digital en la educación como vía para garantizar el desarrollo del conjunto de las y los alumnos. Sin perder de vista, las grandes metas formativas que persigue la educación debe estar atenta a los planteamientos globales para la sociedad en su conjunto.
Tomando datos recabados por el Ministerio de Educación de la Nación, puede decirse que, si bien el 68 % del plantel docente de nivel medio o secundaria son mujeres, sólo el 21 % de las mismas están a cargo de la educación tecnológica. Y que, tan solo, el 3% de las estudiantes de la educación superior escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Estas disparidades de género, son tanto más alarmantes si tenemos en cuenta que las carreras vinculadas con las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas constituyen los empleos del futuro. El papel de la familia y de educadores es una de las claves para reducir la brecha de género.
Para finalizar, se podrá considerar que una de las lecciones que ha dejado la pandemia en términos educativos es el carácter estratégico y fundamental de la educación digital, convertida en herramienta clave de un contexto formativo.
Aprendiendo de ésta experiencia, podremos descubrir alternativas pedagógicas para proponer proyectos educativos que, desarraigando mitos, y desarticulando roles rígidamente asignados, consoliden los valores de respeto e igualdad garantizando el acceso en equidad a mujeres y varones a las nuevas tecnologías.
Sitios de referencia:
https://aprendeprogramandoinscripciones.bue.edu.ar/info/mujeresDigitales
https://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/30006/23189