martes, 27 de mayo de 2025

Otro soldado con falda!

Doña Pepa, la Federala, fue otro de los soldados con faldas que pasaron a las crónicas gracias a su prolongada actuación en las filas. Llegó a ser alférez graduada de caballería de los ejércitos rosistas.

En 1844 presentó una solicitud de ajuste de sueldos y otorgamiento de premios en razón de los servicios prestados. Declaraba ser viuda del sargento mayor Raimundo Rosa, muerto en 1820 en Cañada de la Cruz.

Ella había servido a la patria desde 1810. En 1839 estuvo Pascual Echagüe, llevando veintiséis voluntarios bajo sus órdenes. Fue bombera en las trincheras de Lavalle donde, al ser descubierta, la raparon y sentenciaron a muerte, logrando escapar. 


Participó en la batalla de Sauce Grande, librada entre fuerzas de Lavalle y Echagüe. Allí fue herida y conducida a Paraná, de donde pudo pasar a la provincia de Buenos Aires, incorporándose al regimiento mandado por Vicente González, apodado “Carancho del Monte”, que participó en la campaña de Oribe contra Lavalle.
En Quebracho Herrado, donde Oribe fue vencedor, Josefa, convaleciente de sus heridas, se hizo cargo del hospital de sangre. Continuó hasta la derrota de Lavalle en Famaillá y posteriormente   se trasladó a Buenos Aires, desde donde dirigió a Rosas la nota mencionada, que firmaba “Doña Pepa la Federala”.

A propósito de este personaje, el general José María Sarobe, en su libro Urquiza, apunta que “las mujeres soldados acompañaron en gran número a los ejércitos de Rosas, siendo ardientes propagandistas del sistema encarnado en la persona del “Ilustre Restaurador de las Leyes”, cuya causa sirvieron siempre con fe ciega y devoción religiosa.
 Algunas de estas mujeres, astutas y hábiles, familiarizadas con la vida militar y hechas a sus riesgos y penurias, hacían de “bomberas” introduciéndose en los campamentos del enemigo y seduciendo a la tropa para propalar noticias falsas o rumores alarmantes, conseguir así la deserción y conmover la moral de los hombres.

Algunas de ellas rivalizaron con los soldados en el desempeño de los deberes militares y, por su actuación distinguida en acciones de guerra o misiones arriesgadas, obtuvieron grados de oficial.”
“No eran así seguramente –son conceptos del general Paz en sus Memorias- los ejércitos que mandaba el general Belgrano y últimamente nos ha dado ejemplo Urquiza, que hizo su invasión a Corrientes en 1846 sin llevar en su ejército una sola mujer.” En efecto, la orden del día 28 de junio de 1843, en su artículo 2º decía: “Se previene al ejército que no podrá seguirle ninguna mujer, bajo ningún pretexto”. Sin embargo, el propio Paz debió admitir después de Caaguazú que, mortificadas sus tropas por el calor y la falta de agua, fueron las mujeres las que se encargaron espontáneamente de esta operación (transportar agua a la línea de guerrillas),
“y aunque habían pasado muchas contraviniendo mis órdenes, pues las había mandado quedar al otro lado del río Corrientes, tuve que capitular y permitirles seguir en su utilísima operación.”

Sarmiento también opinó sobre la presencia femenina en las filas: “Las mujeres–decía-, lejos de ser un embarazo en las campañas eran por el contrario el auxiliar más poderoso para el mantenimiento, disciplina y servicio de las montoneras. Sirven en los ejércitos para hacer de comer a los soldados, repararles sus vestidos, cargar las provisiones y equipos, guardar las caballadas durante el combate y aumentar la línea o fingir reservas cuando es necesario.
Su inteligencia, su sufrimiento y su adhesión sirven para mantener fiel al soldado, que no puede desertar o no quiere teniendo en el campo todo lo que ama.

Fructuoso Rivera no deja jamás a las mujeres de los soldados atrás. Es el padrino de todos los nacidos y el compadre de todos sus jefes y soldados. Las mujeres vestían uniforme, más completo que el de los hombres, por cuanto servían de almacén, de depósito para transportarlos.

El general Lavalle estuvo alojado ocho días en la estancia del doctor Vélez. Tenía ciento veintiséis mujeres en su regimiento, todas con morriones de penacho rojo, altos como se usaban entonces y tan completamente equipadas, que formaban a la izquierda del regimiento con la mayor compostura.” Aclaraba además Sarmiento: “En Caseros cayó prisionera la chusma del cacique Catriel, pues los indios, de quienes nos viene esta costumbre, llevan sus mujeres y ocupan éstas la retaguardia con sus caballos.”[1]




[1] Sosa de Newton L. (2006) Las mujeres en los ejércitos argentinos. Las Mujeres y sus Luchas en la Historia Argentina. Bs.As. pag-26/27

viernes, 16 de mayo de 2025

23 de Mayo: DÍA DEL SOLDADO AERONÁUTICO



Ha pasado a la historia de la aviación por dos hechos destacables, el soldado Pablo Teodoro Fels, de nacionalidad uruguaya, nacido en el año 1891.

El primero  fue, que siendo un  conscripto de 20 años, destinado a la Escuela de Aviación Militar de El Palomar,  conquistó hace un siglo el récord mundial de vuelo sobre el agua  con su avión Bleriot XI-Gnome.

El otro hecho a destacar, es que realizó dicha hazaña sin conocimientos geográficos de su destino ni cartografía, en un vuelo que finalizó en el campo militar de artillería de Uruguay, en el predio que ocupa el actual Aeropuerto Internacional de Carrasco.

El soldado Fels, comunicó sólo a unos pocos amigos la intención de sobrevolar el Río de la Plata con la certeza de que en ningún caso lograría autorización para emprender la peligrosa travesía.
Tras el vuelo, recibió innumerables felicitaciones, aun de sus jefes de guarnición, pero también 30 días de arresto por retirarse de la unidad militar hacia el exterior sin autorización.
No obstante, el entonces presidente Roque Sáenz Peña dejó sin efecto la sanción y Fels fue ascendido a cabo.

En la Argentina el Servicio Militar Obligatorio fue instituido en el año 1901 por el entonces ministro de Guerra Pablo Richieri, mediante el Estatuto Militar Orgánico de 1901 (Ley Nº 4.301), durante la segunda y última presidencia de Julio A.Roca.
La edad de los reclutas y el tiempo de su permanencia en el servicio varió con el tiempo. En sus comienzos, se reclutaba a ciudadanos de entre 20 y 21 años, y su duración era de 18 a 24 meses. Posteriormente se reclutó  a hombres de 18 años por un sistema de cupo variable por sorteo que los distribuía entre las tres fuerzas armadas.
El 31 de agosto de 1994, se suspendió la ley del Servicio Militar Obligatorio y decretó un nuevo formato de Servicio Militar Voluntario, donde los candidatos se anotan y pueden permanecer hasta 10 años en servicio, percibiendo una remuneración.
A través del decreto presidencial 1647/06 quedó sin efecto el inciso b del artículo 8° de la Reglamentación del Servicio Militar Voluntario eliminando así,  el requisito que impedía que aquellas personas   que tuvieran hijos o  personas a   cargo acceder  al Servicio Militar Voluntario, circunstancia que  por razones culturales, económicas y sociales, tenía una mayor incidencia en el caso de las mujeres.(1)

Los más reconocidos tienen la posibilidad de hacer un pequeño curso para formar parte del cuadro de Suboficiales. Debe señalarse que el servicio militar obligatorio no ha sido abolido, pues la Constitución Nacional indica que todo individuo está obligado a armarse en defensa de la Patria. La Ley de servicio militar obligatorio sigue vigente; puede ser puesta en práctica en tiempos de guerra, crisis o emergencia nacional. Estas condiciones son definidas por las autoridades del Estado.[2]



(1) http://www.mindef.gov.ar/mindef_equidad_genero/index.html
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Servicio_militar#Argentina

La inscripción de las mujeres,  en la Fuerza Aérea Argentina, como soldados voluntarias asciende al 28%  según los datos brindados por el Ministerio de Defensa (2010). [3]
Los Soldados Voluntarios son los auxiliares directos de los Suboficiales en la instrucción y preparación del personal y en la utilización de los medios. En su servicio pueden desarrollar diversas especialidades tales como: seguridad y defensa,  enfermería, operador de comunicaciones, y operador de vehículos técnicos entre otras. Además de capacitarse técnicamente, en su formación se promueven e inculcan los preceptos Sanmartinianos y el amor y defensa de la Patria.





[3] Ministerio de Defensa (2010) Informe sobre la integración de la mujer en las Fuerzas Armadas.