viernes, 2 de marzo de 2018

Día Internacional de la Mujer 2018

"Reconocimiento de aportes materiales y simbólicos de las mujeres"
 
El día 20 febrero de 2018,  un grupo de 76 mujeres volvió a embarcarse en la expedición rumbo a la Antártida. El objetivo: estudiar los efectos del cambio climático y reivindicar el rol de la mujer en la ciencia.  La propuesta cobró un sentido especial para astrónomas, ingenieras, físicas, comunicadoras, médicas y científicas de distintas partes del mundo que decidieron ser protagonistas de esta experiencia planetaria.
Se trata de una innovadora iniciativa de liderazgo, estrategia y ciencia, con la Antártida como telón de fondo. Su objetivo es aumentar la influencia y el impacto de las mujeres con antecedentes científicos, para incidir en la política y en la toma decisiones; empoderando a mil mujeres en la Antártida en los próximos diez años.
Como no mencionar, en este día, a Eliana María Krawczyk, nacida en  Oberá, Misiones, quién al tomar conocimiento que la Armada Argentina abría sus puertas a las mujeres, dejó todo para poder ingresar a la Escuela Naval Militar de Ensenada. Al llegar a Mar del Plata, base de los submarinos, empezaría su carrera para convertirse en la primera submarinista de la historia de la Armada Argentina. La Escuela de Submarinos, es una institución que nunca había sumado mujeres a sus filas en 71 años de historia. En 2012, Eliana,  realizó el curso y embarcó durante cuatro años en el submarino ARA Salta, luego cambió al ARA San Juan, donde se desempeñaría con el cargo de Jefa de Armas, siendo promovida en el  2017 a teniente de navío.
Foto Eliana Krawczyk 2.jpg
Como se ve, hay mucho por valorar  en los aportes materiales y simbólicos de las mujeres, en la entrega plena a un llamado vocacional y profesional. Mujeres de todos los orígenes que  sostienen la vida, preservan culturas, custodian fronteras, ecosistemas y  sistemas productivos.
Mucho también que rememorar en cuanto a logros por los  derechos que sólo hasta hace pocas décadas eran parciales o totalmente denegados, y reformular las nociones de democracia, libertad, justicia, en términos que alcancen a cobijar a la humanidad toda en sus diversidades, a la vida en todas sus expresiones.
También muchos desafíos quedan pendientes. La erosión de prácticas y relaciones socioeconómicas ligadas a la subsistencia protagonizadas por mujeres a pesar de sus condiciones de desventaja,[1] amerita diseñar un nuevo paradigma de sostenibilidad de la vida humana.
“La división sexual de los trabajos profesionales y domésticos entre hombres y mujeres no es resultado de una conciliación entre ambos roles.  Helena Hirata, socióloga e investigadora, afirma que para tener una visión general de los trabajos,  es importante reconceptualizar el trabajo de la manera más amplia posible, es decir: el profesional y el doméstico, remunerado o no, formal o informal. Porque si se excluye el trabajo doméstico de la economía, invisibilizamos gran parte del trabajo de las mujeres”.
El tema no es nuevo. A pesar del aumento de las mujeres en el mercado laboral en los últimos 45 años, el trabajo doméstico y de cuidado sigue siendo responsabilidad de las mujeres.
Estamos en momentos de inflexiones, de reflexiones y redefiniciones de las relaciones.
Instancia especialísima, para proponemos enfatizar más, la práctica de  principios de otra economía superadora de la competitividad. En este nuevo espacio,  ser capaces de reflexionar y  distinguir entre colaborar y cooperar; porque, mientras el primero subsidia, el segundo asume  responsabilidades en el grupo familiar.
El logro de la igualdad de género no es solo un objetivo importante en sí mismo, sino que es además un factor capaz de acelerar la obtención de un futuro sostenible para todas las personas.
Así la reciprocidad, la solidaridad y la complementariedad serán claves para avanzar en este cambio de paradigma.
 



[1] Fedaeps - Fundación de Estudios, Acción y Participación Social, Quito, Ecuador.