Durante la Antigüedad, las banderas fueron
objetos religiosos del más alto valor. Su pérdida señalaba que los dioses
habían abandonado a un pueblo, lo que decidía la suerte de la batalla. Por eso,
los abanderados y escoltas se elegían entre los guerreros de elite, los de mayor
bravura y sagacidad, quienes juraban defender sus banderas a costa de la vida.
Era un honor desempeñar estas funciones pues representaban a todo el ejército;
más aún, a la totalidad de su pueblo. La distinción implicaba mantener el
uniforme y equipo en forma impecable; no era importante el lujo, sino que se
llevaran con la mayor dignidad, aunque fueran modestos o estuvieran gastados
por las campañas.[1]
El tahalí cruza el pecho del abanderado, desde
el hombro izquierdo hasta la derecha de su cintura. Las bandas de los escoltas
llevan la posición inversa (de derecha a izquierda); pues recuerdan el tahalí
con que los guerreros llevaban su espada. La bandera se mantiene bien firme,
siempre; aún en la posición de “descanso”: el asta se toma con la mano derecha,
colocando el regatón junto a la punta del pie derecho (cara exterior), sin que
el paño cubra al portador. Cuando el abanderado se desplaza, apoya el asta
bandera en el hombro derecho, formando un ángulo de 45 grados. Debe cuidar muy especialmente que la enseña no caiga hacia atrás del hombro.
El 22 de septiembre es el “día del
abanderado”, en recuerdo del rosarino Mariano Grandoli, muerto heroicamente empuñando
la bandera que juró defender en el asalto a la fortaleza de Curupaity (1866).
La enseña, perforada por catorce balazos y manchada con la sangre de su
abanderado se preserva en el Museo Histórico de Rosario.
En términos militares, el abanderado es
el que lleva la bandera de la unidad, lo que se considera un alto honor. Antaño,
cada compañía tenía su bandera particular y entonces el encargado de llevarla
se llamaba alférez, cuyo nombre se conoce en la milicia española. Los alféreces no tenían más encargo que el de
llevar la bandera, pero desde que se publicó la ordenanza de 1728, por la cual solo
se dejó una bandera a cada batallón, el abanderado, cuyo nombre sustituyó al de alférez,
tuvo a su cargo nuevas obligaciones.[2]
Por primera vez en 25 años de educación
secundaria, la bandera argentina de ceremonia del Liceo Aeronáutico Militar
quedó en manos de una mujer. El galardón lo obtuvo Solange Picciau Loinaz
que con un promedio de 9,49 pasó a ser la primera cadete que lleva tal
distinción.
La joven es de Funes, egresó en el año 2009
junto a la promoción 26. Tal es el apego que tiene por el colegio que decidió
tomar el régimen de pensión completa y salir solo los fines de semana.
Empezó primer año cursando como alumna de
régimen externo, modalidad similar a cualquier secundario "pero cuando
conoció la parte militar le gustó, entonces decidió inscribirse como cadete. Comentó
al Diario LA CAPITAL, que "le encantan
las actividades físicas, salir de campaña, el tiro y competir con otros
liceos".
Hay una tradición de hombres, por eso puede
ser que cuando aparece una mujer se marque o resalte", opinó la cadete y
agregó que "las mujeres de a poco van metiéndose en las carreras
militares. Cuando entré éramos 30, ahora somos 52".[3]
En la actualidad, Solange Cecilia Picciau Loinaz tiene 23 años y fue
elegida entre más de 400 jóvenes de todo el país para participar de un intercambio
cultural en Estados Unidos en el marco del programa "Futuros
Líderes".[4]
El diario “LaCapital” la premió como
personalidad destacada del año 2008 por ser un ejemplo para muchos jóvenes por
su responsabilidad, entrega y ejercicio de la vocación.
En el 2009, el Concejo Municipal de Funes le
otorgó el diploma de honor, destacando su permanente compromiso con la
formación educativa y ser ejemplo para la comunidad.
Actualmente está cursando el cuarto año de la
carrera de Ingeniería Civil en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y
Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario.
Quienes tienen el honor de portar La Bandera de Nuestra Patria, reflejan un alto grado de responsabilidad , perseverancia y compromiso, la presencia de valores como solidaridad, compañerismo, constancia y respeto, que se van construyendo día a día a través de su trayectoria por nuestro Instituto.
Ello supone la guía de sus docentes, y, por sobre todo, lo adquirido en la primera escuela, que es la familia, pilar que orienta, contiene y..... educa.
Ello supone la guía de sus docentes, y, por sobre todo, lo adquirido en la primera escuela, que es la familia, pilar que orienta, contiene y..... educa.
[1] CARRILLO BASCARY M. http://www.rosariosuhistoriayregion.com/page/bi_notas/id/18/title/-Una-gran-responsabilidad,-ser-abanderado
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Abanderado