miércoles, 3 de diciembre de 2014

Medicina Aeronáutica y Evacuación aeromédica

El cuerpo es un tema que se presta especialmente para el análisis, porque pertenece por derecho propio a la identidad de la persona
Las imágenes, los valores y los modos de existencia nos hablan de la persona. Por el hecho de estar en el centro de la acción individual y colectiva, el cuerpo es un elemento de gran alcance[1], que en este caso, referiré más específicamente a los pilotos de avión, no dejando circunscripta ésta nota a simples datos estadísticos, sino proponiendo una reflexión más integrada, acerca de aquellos hombres o mujeres, que optan por ésta profesión.
Un aspecto interesante a saber, es que antes de obtener la licencia para volar, la persona interesada debe estar  adecuadamente entrenada y psicofisiológicamente apta para operar un avión en forma competente.
Capitán Martín V,Romero (médico)
Los exámenes psicofisiológicos periódicos que se llevan a cabo son necesarios no solamente para evaluar su salud general, sino para asegurarse que no se sufrirá una emergencia médica durante el vuelo, nos aclara el Capitán Martín Víctor Romero, Jefe de la Oficina de Género, con asiento en el Liceo Aeronáutico Militar.
Agrega el médico Romero, que el 22 de febrero de 1945 por Decreto 4118 del Poder Ejecutivo Nacional27, se creó el Instituto de Medicina Aeronáutica, bajo la dirección del comandante médico Dr. José Raúl Delucchi. También por este mismo decreto, se dispone la creación de los cursos anuales de postgrado de medicina aeronáutica, y tiempo después se le dará el carácter de nacional siendo el Instituto el único asesor del Estado en la materia.[2]
El médico que los examina es en algunos  casos un piloto, estando especialmente seleccionado por la autoridad aeronáutica, por sus conocimientos en la medicina aeronáutica.
Durante el examen se presta una atención especial al correcto funcionamiento de los órganos vitales y de las partes más críticas necesarias para el vuelo, que incluyen: los ojos, pulmones, corazón, oídos y los sistemas muscular y nervioso[3]
La medicina aeronáutica argentina, se fue abriendo camino de forma lenta pero afianzada a principios del siglo pasado y  fue  fundamentalmente a partir de la figura del Dr. Agesilao Milano que cobra fuerza y rigor científico.[4]


Escuadrón Sanidad. L.A.M.
Es necesario que el/la piloto, esté libre de condiciones que puedan limitar su atención y disminuir su capacidad para adoptar rápidas decisiones.  
La visión, aun en condiciones de vuelo por instrumentos, es tal vez la facultad más importante durante el mismo. Los mejores ojos del mundo, con 10/10 de visión en cada ojo, buena percepción de profundidad y una visión de color bien desarrollada, pue­den jugarle sorpresas inesperadas aun a los pilotos más experimentados.
El verdadero vértigo de los Pilotos, que se experimenta como una sensación de mareo e inestabilidad, puede crear o aumentar las ilusiones ópticas. El vértigo producido por rápida rotación del cuerpo puede ser tan severo que produzca rápidos y no coordinados mo­vimientos de los ojos de un lado a otro (una condición llamada "nystagmus"). Esto motiva que los alrededores parezcan girar en una dirección opuesta a la rotación inicial del cuerpo.
La cinetosis - mareo por movimiento- es causada por una estimulación constante de la pequeña porción del oído interno (laberinto) que controla el sentido de estabilidad. Los síntomas son progresivos.
Una definición arcaica de desorientación dice literalmente lo siguiente: “dificultad para encontrar el Este”. Para el piloto significa "donde está el techo". La desorientación o vértigo es, en reali­dad, un estado temporario de confusión espacial producido por la información engañosa que diversos órganos sensoriales envían al cerebro.
Haití. Misiones de Paz. Cap.Romero Jefe de Evacuación Aeromédica
El "sistema de navegación" del cuerpo fue mag­níficamente diseñado para la locomoción en tierra a un paso normal, pero en un avión, durante una aceleración repentina o vuelo radial, dicho sistema puede engañarlo. El cambio más difícil al que el/la piloto debe adaptarse, a medida que adquiere el entrenamiento de vuelo, es una predisposición a creer que, ante ciertas condiciones, sus sentidos pueden estar equivocados.
Después de un vuelo de 6 a 8 horas en un avión pequeño, se está propenso a sufrir una leve pérdida de audición, que se recupera completamente en 1 o 2 horas. El ruido más intenso de una turbina de jet, puede causar una rápida fatiga auditiva en pocos minutos. En estas condiciones los oídos pueden necesitar desde algunas horas y hasta algunos días para recuperarse totalmente.[5]

Habiéndole preguntado al Capitán Martín Romero[6] (médico)[7], acerca de diferenciales psicofísicos, entre pilotos masculinos y femeninos, nos afirma que no se advierte, ninguna diferencia por género para poder volar un avión. La única consideración a tener en cuenta, es que dado el tamaño de las cabinas de los aviones de combate, admite una altura máxima de 1.80,  del piloto, con lo cual, varones o mujeres, no pueden exceder esa medida.
Si, son necesarios entrenamientos previos y condiciones óptimas para poder volar un avión y considerar que este conjunto de exigencias físicas  y psicológicas, operan no sólo en el piloto, sino también en el colectivo social del grupo al que pertenecen y  de la sociedad donde están insertos.
Haiti. Cascos Azules
El Capitán Romero (médico) se desempeñó como jefe de evacuación aeromédica, en Haití, en el año 2009 y en la Base Marambio en la Antártida, en la campaña 2006/2007. En esas instancias, se hace más que necesario que exista una muy buena relación interpersonal entre médico y piloto, ya que ambos participan en las reuniones  de briefing[8], y la opinión que ofrezca el médico para el traslado de un paciente es relevante y determina en buena parte como se realizará el traslado y derivación.
Base Marambio. Campaña 2006/07


Por último podemos considerar que en su evolución científica y tecnológica, las normas y criterios de aptitud han ido variando en sus exigencias: desde las más rígidas como vimos en la época de Agesilao Milano donde se pensaba en un súper hombre con características notables en lo corporal hasta periodos más tolerantes en las condiciones psicofísicas para el vuelo.[9]

Respecto a la evacuación aeromédica, es esencial en un servicio, además de la idoneidad de sus integrantes, la capacidad de trabajar en equipo entre piloto, médico y auxiliares de vuelo, para poder  generar una adecuada estrategia evitando posibles complicaciones de los pacientes durante el traslado”.







[1] Le Breton, D. Antropología del cuerpo y modernidad. 1° edición. Bs.As. Nueva Visión. 2002.
[2] Sotera. Origines de la medicina aeronáutica en La Argentina. pdf
[4]Lic. SOTERA Silvina. Orígenes de la medicina aeronáutica en Argentina.   II CONGRESO DE HISTORIA AERONÁUTICA ARGENTINA. CENTENARIO DE LA ESCUELA DE AVIACIÓN MILITAR (1912-2012)
[5] http://www.aracuan.com.ar/consejmed1.htm. 20 CONSEJOS MEDICOS PARA PILOTOS
[6] Día del Médico: se aconsejó celebrar el 3 de diciembre de cada año por la Confederación Médica Panamericana, en honor a Carlos Juan Finlay Barrés, médico y científico cubano que descubrió que la transmisión de la fiebre amarilla era ocasionada por un vector intermediario como el mosquito aedes aegypti. En agosto de 1956 la Argentina se adhirió oficialmente a la conmemoración, a iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, avalada por la Confederación Médica Argentina y oficializada por decreto del gobierno nacional.
[7] Cap. Martín Romero: Jefe de la Oficina de Género, con asiento en el Liceo Aeronáutico Militar
[8] Se puede traducir briefing por «informe» o instructivo que se realiza antes del comienzo de una misión militar o de realizar una inmersión de buceo; en el sector publicitario y de comunicación pública en general, un briefing es el documento o la sesión informativa que proporciona información a la agencia de publicidad para que genere unacomunicaciónanuncio o campaña publicitaria.
[9] MILANO, Agesilao “Psicología del médico de Aviación. Breves consideraciones” en Aviación. Revista mensual ilustrada, Año V, Nro. 44, 10 de agosto de 1925, p. 6