Por Ley 25.787
se instituyó en la República Argentina el 29 de Julio de cada año como el Día
de los Valores Humanos.
El concepto de valores humanos abarca todos aquellos
bienes universales que vamos adquiriendo, asimilando y transmitiendo en nuestra
vida y que nos motivan en nuestras decisiones cotidianas, ayudándonos a nuestra
autorrealización y perfeccionamiento.
Hay muchas
clases de valores, según el plano donde nos situemos o el aspecto de nuestra
vida que nos afecta:
- Los económicos
- Los que nos satisfacen
como persona
- Los que trascienden la
persona
- Los que ayudan a
relacionarnos con los demás [1]
Podemos citar algunos de ellos:
PATRIOTISMO: vivir
plenamente como ciudadanos e inculcar el respeto a nuestra Nación.
OBJETIVIDAD: ver
el mundo que nos rodea como es y no como queremos que sea.
DOCILIDAD: ser
conscientes de la necesidad de recibir ayuda en todos los aspectos de la vida.
COMPASIÓN: es
una actitud de servicio frente a la necesidad de otros seres humanos.
AMOR: es
fundamental en nuestras vidas, todos lo necesitamos, tanto darlo como recibirlo.
DESPRENDIMIENTO: nos ayudará a poner nuestro corazón en las personas que nos
rodean y no en las cosas materiales.
SERENIDAD: nos
permite conservar la calma y ser amables y cordiales a pesar de nuestros
problemas.
RESPETO Y TOLERANCIA: son la base para convivir armonicamente en la sociedad.
El objetivo de
esta ley, que fue Sancionada: Octubre 1° de 2003 y Promulgada el 27 de Octubre de 2003. es que nos lleve a los argentinos a
reflexionar sobre aquellos principios y sobre el carácter moral que contribuyen
a la autorrealización de las personas y de las sociedades, como así también a
una valoración espiritual.
La
autorrealización es un proceso que consiste en ir conformándose como persona,
permitiendo que las potencialidades (capacidades) se conviertan en
actos(conductas concretas) cada vez más perfectas.[2]
Si la autorrealización
es también social, lo correcto entonces es decir que la amistad juega un rol
trascendental en ésta.
El pensamiento
griego ya podía concebir que el fin del hombre estaba fuera de sí mismo, es decir, lo trascendía, por lo
cual todas las acciones humanas se realizan con un fin posible.
Este fin último
es la felicidad y
para Aristóteles todos los hombres están de acuerdo en
perseguirla, pero en desacuerdo sobre en qué consiste[3]
Cada persona
desempeña una función en su sociedad y para desempeñarla bien ha de adquirir
virtudes que le ayuden a hacerlo. Pero si hay una función propia del ser humano
como tal, la
felicidad consistirá en ejercerla a lo largo de toda la vida.
Por otra parte:
las acciones más cercanas a nosotros mismos son las que nos hacen más felices,
y nada hay más cercano a nosotros que nuestro propio pensamiento; la felicidad
es contemplativa más que activa.
Para lograr este
tipo de felicidad son precisas según Aristóteles dos
tipos de virtudes: las de la inteligencia y las éticas o
del carácter. Virtud razonada desde nuestra alma, es la prudencia, que
constituye la sabiduría práctica y que casi siempre consiste en el justo medio o término medio
entre el defecto y el exceso; así, por ejemplo, la virtud del valor estará
entre la cobardía y la temeridad. Otro elemento es necesario para la felicidad:
compartirla y vivir en una comunidad regida por buenas leyes.
¿QUÉ ES EL BUEN TRATO?
Buen trato es ponerse en el lugar del otro,
Una oportunidad para conocerme y conocer a los demás
En una relación donde ambos tenemos igual valor
Niñas y niños, hombres y mujeres, jóvenes y adultos
mayores…
Todos tenemos derecho a que nos tomen en cuenta
Respetando nuestra voz, nuestra mente y nuestro cuerpo
Aceptando nuestras diferencias como algo enriquecedor
Tratando a los demás como nos gusta que nos traten
O… acaso no te gusta que te traten bien?